Es Pappo, y se llama Norberto Napolitano. Dice estar más maduro, aunque "bastante pesado". Aboga: "Hay que matar al que inventó el tetrabrick... Les hace perder la cabeza a los chicos". Desde hace cinco años el músico no prueba una gota de alcohol. Pero sigue en soledad, sin amor: "Estoy muy ocupado. Si estuviera retirado, en una isla del Caribe, sí, me enamoraría".

"Me hice varias cirugías, ya perdí la cuenta..."

Fue el líder del "reviente" del rock nacional. Hoy, treinta años después de su debut, de aquel hombre pesado como si se tratara de un niño grande, Pappo se sienta en su silla, se levanta, va al baño, prende la tele donde dan un video musical, bebe jugo de naranja y vuelve a sentarse. Dice estar cansado por la "interminable rueda de prensa que había comenzado tres días atrás: "Me quiero ir a dormir, esto de la fama me mata", dice con un tono irónico cuando invita a comenzar la entrevista.
En la escenografía de la que fuera casa de su madre (él vivía en el piso superior) se amontonan sus pertenencias: la guitarra, las consolas, la video y varios pares de medias tirados por cualquier lado demuestran que Norberto Napolitano habita ahí. La excusa para hablar con un mito viviente del rock nacional es su nuevo material discográfico, "El auto rojo", donde, según sus propias palabras, "resume toda una época, desde primer volumen de Pappo's Blues".

-Un nuevo disco...

-...Nuevo disco, nueva propuesta, nuevas ganas de trabajar y de salir de gira y, por sobre todo, un nuevo motivo para tocar.

-¿En qué se diferencia este disco de los anteriores?

-Mirá, el estilo es igual, mantiene la raíz del blues y el rock, que en definitiva es lo único que sé tocar. La diferencia es que hay un sonido mucho más profesional, estarnos más relajados y hay cosas en guitarra que yo antes no las sabía. Musicalmente está muy clara la propuesta, es como el broche de oro.

-¿Cómo broche de oro? ¿Te pensás despedir?

-No, es el broche de oro de una época. Esto fue todo un resumen de cómo soy yo tocando ahora, después de todo lo que hice.

-Tenés 49 años, ¿estás conforme con tu vida y tu trayectoria?

-Digamos que estoy contento de estar en este envase.

-¿Qué diferencias existen entre Pappo y Norberto Napolitano?

-Yo trabajo mucho para Pappo, que es un gran tipo y un gran músico.

-¿Y vos, Norberto?

-Yo también. Es que a esta altura ya soy Pappo... soy Pappo y me llamo Norberto, muy loco.

-¿Qué queda de aquel joven "pesado" que irrumpió en el rock nacional?

-Todo, todavía tengo todo...

-Digamos que representas fielmente al hombre de tachas, campera de cuero y bastante heavy, ¿sos el mismo de entonces?

-No, estoy mejor ahora. Estoy más maduro, pero sigo teniendo la campera y sigo siendo un tipo de ley, un caballero, y sigo manejando mi Harley... No soy un tipo lo que digamos livianito, soy bastante pesado.

-¿Qué querés decir?

-Soy un tipo tranquilo, pero no soy de carácter débil, todo lo contrario. Pero tampoco soy un tarado y un agresivo al pedo.

-Hablando de violencia gratuita, ¿cómo ves a la juventud que en tus recitales y en diversos lugares se descontrola?

-Yo tengo la solución.

-¡¿Perdón?!

-Hay que matar al que inventó el tetrabrick, hay que eliminarlo porque es una química que les hace perder la cabeza a los chicos... y a los viejos también.

-Vos dejaste definitivamente el alcohol, ¿verdad?

-Hace cinco años. Es que vos tomás tetrabrick y no sos vos, sos un cuadrado de cartón con patas.

-Que paradójico, porque vos debés haber tomado litros y litros de tetra. ¿Qué fue lo que te hizo dar un giro de 180 grados?

-Lo que me hizo cambiar fueron las ridiculeces que hice cuando tomaba tetra.

-¿Por ejemplo?

-No puedo dar un ejemplo porque es muy fuerte... Pero hice muchas cosas. A mí el alcohol no me hace bien, hay gente que se la banca, pero yo no. Yo soy muy débil con el alcohol.

-Hace un tiempo dijiste que eras peronista y no menemista. ¿Cuáles son las diferencias que encontrás entre una y otra cosa?

-Eso lo habré dicho en un momento, pero ahora no soy nada. Ni peronista ni rnenemista ni nada. La política no me interesa, la música es mucho más importante que la política.

-Se dice que la música refleja a las diferentes épocas de una sociedad, ¿qué pensás vos?

-Y, exactamente no, pero algo hay. Por ejemplo, cuando nosotros salimos con Riff era una época muy jodida... pero no quiero hablar del pasado porque ya pasó, quiero hablar del futuro.

-¿Porqué?

-Ya pasó. Puede ser que tenga amnesia... No me olvido de las cosas que hice, pero tampoco las quiero refrescar porque son cosas que ya pasaron... Me acuerdo de algunas aventuras amorosas muy interesantes y de algunos recitales muy buenos. Pero tampoco quiero ponerme melancólico, ya fue.

-Hablando de aventuras interesantes, ¿no te casas más?

-Nooo... El amor está flotando y de vez en cuando alguno agarro, lo cazo.

-Y después lo dejás ir.

-Sí, no sé por qué. Estoy muy ocupado, si estuviera retirado y viviendo en una isla del Caribe, sí, me enamoraría.

-Una vil excusa la del trabajo

-No, afortunadamente soy músico y no me puedo enamorar.

-¿Pensás en retirarte?

-No, dentro de diez años voy a ser un viejito tocando blues en un club. Me voy a morir en un escenario.

-Tenés hechas dos cirugías, ¿no?

-¿Dos solas? Me hice unas cuantas, ya perdí la cueuta.

-¿Cómo ves esta moda de las cirugías plásticas al por mayor?

-A mí me gustan las tetonas. Me da lo mismo si son naturales o con siliconas, no siento la diferencia.

-¿Te harías más?

-Me sacaría el San Bernardo (señala la papada), pero estoy muy joven todavía... Si uno se siente viejo y se quiere ver joven, que se opere, me parece bárbaro. También están los que se ven viejos y están bien como están, todo bien.

-¿Y vos cómo te ves?

-Yo me veo lindo.

-No hace mucho te tiraste contra Fito Páez y ahora contra el Che Guevara. ¿Por qué?

-Lo digo en broma, porque no me importa lo que dice el Che Guevara ni lo que dice Fito. Fito se enoja y es más divertido cuando se enoja. Y lo del Che Guevara es porque todos se ponen la camiseta y no saben quién fue.

-Y vos sabes?

-No, ni sé quién es. El Che Guevara no sabe tocar la guitarra y no me interesa.

-Después de tu participación en "Carola Casini", ¿volverías a la actuación?

-No fue una buena experiencia. A mí la televisión no me gustó, me sirvió para darme cuenta de que me gusta más la música, lo único. Odio a toda la televisión, es detestable.

 
"Me hice varias cirugías, ya perdí la cuenta"
Revista Ahora, Diario Crónica
Noviembre de 1999
Adela Pereyra
Marisa Márquez