Se alejó de los excesos y forma parte del jet set, pero de "light" no tiene nada

Pappo, la gran bestia rock

Fue sucio y desprolijo en los setentas, emblema metálico en los ochenta y de regreso al blues más puro se consolidó como el mejor guitarrista en los noventa. Mientras planea un festejo en el Autódromo para celebrar sus veinticinco años con el rock, Pappo reniega del look veraniego y dispara: "Siempre fui viento en contra"

"Yo siempre fui viento en contra." La voz de Pappo apenas despierto es tan grave que su monólogo bajo la ducha cruza la puerta del baño y llega nítido a cualquier punto del ambiente tipo loft que se hizo construir en el primer piso de su eterna casa, la casa de los viejos, en La Paternal. Por fuera se ven tejas barnizadas, canteros y ventanales biselados. Por dentro, el piso luce austero y bastante menos prolijo. Pocas cosas, desparramadas, una pared aún en obra y un colchón en el suelo en el que descansó no más de tres horas. Y la voz, hablando bajo la lluvia.
"Este verano me voy a ir a Santa Teresita y les voy a demostrar a todos que no necesito juntarme con gente de plata. Punta del Este es una playita... Ni Pinamar ni Mar del Plata. No me voy a mover de Santa Teresita", surge Pappo de entre, el vapor, una toalla, tatuaje de Chevrolet en el hombro izquierdo, otro de un vikingo "que lucha en el Infierno" en el derecho y una cicatriz del accidente automovilístico que casi le cuesta la vida en 1994 a la vista. Los dos veranos anteriores fueron el apogeo de la era light de Pappo, un personaje casi simpático que se sumó a la farándula del Este y cuya imagen pública lo puso en la vereda contraria de aquel otro Pappo, cuya sola mención metía miedo en los setenta y buena parte de los ochenta. "Ahora resulta que soy un soldado que tiene que tocar para la clase media y nada más. Yo llegué a tocar en Mónaco y también toqué en el Club Unidos de Pompeya, me conozco las dos puntas y lo que hay en el medio también", sigue Pappo, ahora dando comienzo al ritual de cortarse las uñas de los pies, que parten como chispas. Dice que no le perdonan tener amigos ricos y que por culpa de "los chismes" perdió dos mujeres. "Al músico hay que separarlo de todo. De lo social y de lo político también. Yo nunca canté ¡Viva Menem!"

-Vamos, ibas a grabar un aviso para la campaña Menem 1995...

-Pero no lo hice... y también me ofrecieron hacer algo para la campaña Sol sin drogas y lo rechacé. Yo tengo que tocar, nada más.

-¿Te cansaste de verte light, extrañás al pesado?

-Yo no estoy cansado de nada. Eso del Pappo light fue un favor a mí mismo; dejé de tomar porque estaba enfermo. Soy Norberto Aníbal Napolitano, tengo dos huevos, ni uno ni tres.
Cuatro veces suena el teléfono en La Patemal y Pappo atiende. 1) "Farmacia, buen día". 2) "Manicomio, ¿quién es?". 3) "¡Qué acé decé!". La cuarta es la vencida y Pappo se pone un poco más serio. "A Diego hay que dejado tranquilo", dice.

-¿Quién es Diego?

-Maradona, ¿quién va a ser?

-¿Lo conocés?

-Ufff... Es del barrio, si venía en un Torino hecho mierda con Jorge Cysterpiller (primer representante de Maradona) a manguear discos de Deep Purple. Hay que dejarlo tranquilo, se está curando... de a poquito.

Dice el Carpo que días atrás estrechó filas, también, con el mundo del ballet. Dice que Maximiliano Guerra le pidió personalmente que en el futuro hagan juntos un espectáculo en el Teatro Colón, con El Carpo como solista de la orquesta. "Dicen que los bailarines y los peluqueros son homosexuales, pero este no, nada que ver."

-¿Estás seguro de que era Guerra en persona?

-Sí, claro. Estábamos en un restaurante, vino y dijo: "Soy Maximiliano Guerra, te quiero conocer". Le tiré tenedores a los pies y saltó con habilidad... Era él.

Pappo pasó la noche anterior en un boliche al que describe como "de rock n' roll, tipos pesados con tatuajes y buenas minas". Con agua mineral o whisky importado de por medio, él conserva los rasgos de animal de rock n' roll que desarrolló desde que expandió la guitarra del blues y el hard rock en esa declaración de independencia musical que fue Pappo's Blues desde 1971. A los 47 años, más mujeriego que machista, sigue sin necesidad de formar una familia propia (se casó una vez en Londres para tramitar su residencia). Su historia de rocker que tiene éxito con las mujeres quedó escrita entre "El tren de las 16" (los setenta, el amor libre) y "Susy Cadillac" (los ochenta, las groupies). "Ahora es mejor que nunca. No puedo más... no me ves la cara. Estoy enamoradísimo de todas."

-¿Qué habrías hecho si te hubieses enamorado de una mina famosa como le pasó a Spinetta con Carolina Peleritti? ¿Te escondés o vas al frente?

-Peleritti... ¿Quién es? No me escondería, si todas tienen lo mismo entre las piernas. Pero Spinetta está bien, que salga con quien quiera.

Un empresario del automovilismo, un colaborador suyo y un coreano con Movicom que quiere llevarlo a tocar a Seúl rodean a Pappo en su desordenado loft. Alguien pone el volumen tres de Pappo's Blues y Pappo explica aquello de "no puedo evitar que vengan hacía mí los sandwiches de miga". "Era la época del ácido, me dieron uno antes de un show y yo veía que los sandwiches se me venían encima", recuerda.

-¿Qué pensás de las drogas hoy?

-Son una estupidez, no sirven para nada.

Ahora, Pappo y sus veinticinco años y monedas de rock se desploman sobre el colchón. "Chau, loco", dice mientras el coreano enmudece frente a un video de B.B. King.
-¿Nunca pensaste en bajarte del rock n' roll?

-Bajarme... Yo soy el rock n' roll.



LUCIANO NAPOLITANO, GUITARRISTA Y TUERCA

La Sonrisa de papá

-¿Sabés si Pappo viene para acá?

-No sé... ni idea.

Luciano Napolitano se distrae apenas un segundo en su faena en el taller de La Paternal y se deja ver por sobre el capot, llave inglesa en mano y riguroso overol de trabajo. El 21 de setiembre, por fin, Pappo Junior, 21 años, pelo castaño claro será presentado en sociedad sobre un escenario al frente de su banda de rock n' roll pesado Los Bornes, pero ahora pide disculpas y vuelve a desaparecer bajo la carrocería para despedirse con el mismo tono de voz grave con el que su padre dirá después: "Es Pappo Jr. por esta vez, nada más. Después tiene que hacer la suya".

-¿Pappo, por qué siempre negaste que tenías un hijo?

-Porque... no estaba preparado para que la gente lo supiera y viajaba mucho, no podía...

Técnico mecánico y encargado de la guitarra de El Carpo en el escenario, Luciano vive con su madre en el Tigre y tiene una relación fluida con su padre desde hace ocho años, aunque Pappo lo conoce desde la cuna. "Todo esto le va a quedar a él", dice señalando una fila de guitarras y amplificadores. "Yo le enseñé algunos yeites y como es fanático de Ozzy Osbourne le dije que el grupo se tenía que llamar Los Bornes".



25 AÑOS EN CARRERA

- "Sólo un amigo conmigo en la estación, pocas palabras y un adiós", cantó Pappo en "La Estación" un tema de Los Abuelos de La Nada incluido en el disco Mandioca underground. Fue su primera grabación, luego integraría Los Gatos de Litto Nebbia para el álbum Rock de la mujer perdida.

- De regreso de un viaje por Europa Pappo reúne 2 mil fans el 3 de diciembre de 1971 en el cine Metro. Lo acompañan Black Amaya en batería y David Lebón en bajo, quienes después pasarían al Pescado Rabioso de Luis A. Spinetta.

- Pappo's Blues Volumen 3 es uno de los discos más arraigados en la cultura pesada del rock argentino a través de clásicos como "Sandwiches de miga" y 'Sucio y desprolijo". Machi y Pomo, quienes lo acompañaban, pasaron luego al Invisible de Spinetta.

- El 14 de noviembre de 1980 Pappo da un recital en la Sala Uno bajo el lema Adiós Pappo's Blues, Bienvenido Riff. Con tres discos ("Ruedas de metal", "Macadam, "Contenidos"), Riff se estableció como fenómeno masivo.

- En el primer fin de semana en democracia, Riff se despidió en el estadio de Ferro ante 20 mil personas bajo el lema Termina el año sin cadenas. Terminó en escándalo y, entre los destrozos, está el auto de Pappo. "Fuimos la primera luz de libertad", dice hoy.

- A pocos días de la asunción de Carlos S. Menem como presidente en 1989, una comitiva de rockeros se entrevistó con él en la Casa Rosada.

Luego de unas breves palabras de Menem, Pappo lanzó un altisonante "muy bien" y arrancó con los aplausos.

- Pappo empezó a correr en 1980 y, al día de hoy, no ganó ninguna carrera. Recibió instrucciones de Juan María Traverso, Cocho López y Miguel Angel Guerra. Su ídolo, de todos modos, es Carlos Reutemann.

Sebastián Borenstein, hijo de Tato Bores, puso en la voz de Pappo "Mi vieja". En octubre de 1992, Pappo la estrenó en vivo en el programa Tato de América. Fue su mayor hit radial.

- El álbum Blues local marcó el regreso de Pappo's Blues al disco después de quince años. Con este disco se afirmó como líder indiscutido del blues nacional.

- El 10 de agosto de 1993, Pappo cumplió su sueño del pibe al presentarse junto al mítico bluesman B.B. Kng en el Madison Square Garden de Nueva York. Luego recorrió Estados Unidos tocando 17 veces en 20 días. El 21 de setiembre en el Autódromo, Pappo festejará sus 25 años con la música con un recital y la presentación en público de su hijo Luciano. Habrá competencias automovilísticas, exposición de autos y lo acompañarán Malón, Logos y Juanse con Los Jinetes de la Noche, entre otros.

 
Pappo, La gran bestia rock
Suplemento Sí, Diario Clarín
19 de Julio de 1996
Fernando García
José Mateos y Archivo Clarín